10 Ene, 2006
Ya ni resuenan mis plegarias
oscuras desesperación casi imperceptible
¿dónde fue la vida?
Al oscuro abismo ahora resbalo
tras tempestuosas conjunciones
convirtiendo la existencia
en un mudo, opaco sollozo.
Con la debilidad del propio ser
frágil desde los principios
la cuerda que vive en el engaño
de creer que nunca se va a romper.
Aquí escribo en mi patíbulo
estas líneas en el polvo
de una mesa anillada
que da fe de un lamento
efímero como el viento.
– N –