Me apetece buscarte en el firmamento
danzando entre un millón de estrellas
aunque no deslumbres a todas ellas
tu calor es el único que me llega.
La inmensidad me abraza
y yo estando a ras del suelo
sueño que me pierdo en este cielo
es mi cielo y tú mi lucero.
Imagino una mirada idealizada
un gesto con intención
pienso en tu presencia solamente
ya estoy sin respiración…
Será que ya sueño algo enajenado
será el momento de querer y no poder
será un instante de ceguera
una vez más se que aguantaré.
Hasta otro día dejo esta elegía
que no llega al lamento
pero quema por dentro
quizá sea el licor o quizá sea vapor…
quizá sea el amor o quizá otro veneno.
– N –