Un techo negro a medianoche
nada se ve sobre la hierba
el viento enmudece al trueno
el rayo efímero y poderoso.
La humedad comienza a empaparme
me uno a la tempestad animosa
la Tierra desea golpearme
ofrecido quedo, voluntaria víctima
todos mis miedos ya no existen.
No hay vuelta atrás
sólo puedo dejarme llevar
siluetas en las nubes al relampaguear
imagino un tornado
no veo nada ya.
Cierro los ojos y pienso dentro
en esta vida aún queda mucho por andar
sumergido unos segundos ya…
este torrente dónde me llevará
herido, mi vista no existe más.
Estoy en el final de mi tiempo
desvanezco en negro, ya no se rezar
si algún dios existe que acuda ya
mi humanidad es historia, de pasada va
el último trago, seco me ha dejado atrás.
Alguien llora, alguien ríe
el mundo gira y todo sigue
saldrá la Luna que al Sol mire
hoy una ola romperá en la costa
hecha de lágrimas, espuma y noche.
– N –