En la aparente quietud de la inexistencia
roto ya casi todo con la colectiva consciencia
no hay claros en esta violenta tormenta
no hay predicción que adivine la próxima ultra-violencia.
Quiero una punzada para sangrar con palabras
no tengo derecho a recordar mis sueños, prohibido volar
solo me quedan cicatrices en los pensamientos
mal maquilladas con severa e irreverente rutina.
Llévame a la Torre de Marfil esta noche
no quiero que me consuma la nada
salvo y petrifico este embriagado momento
– ¡Eh! ¡ponme un trago de lo más duro que tengas!
– Toma: la vida. Invita la casa.
– N –
🙂
Me alegro que te guste, mis rachas de inspiración son bastante escasas últimamente. Esto va así.
Thx!
Los dos últimos versos son brutales O.o Creo que voy a pasarme por tu blog con cierta constancia! ^^