Este vagabundo permaneció en la esquina de Torres Quevedo con Arquitecto Vandelvira por espacio de unas 5 horas entre las 9:30 y las 14:30 soportando las horas de sol más salvajes sin apenas inmutarse, con su petaca harapienta allí estuvo el hombre sin desplomarse y con toda su ropa.
Su única función era mirar al género femenino que pasaba próximo a él e incluso dedicarles algunas palabras incomprensibles incluídos algunos llamamientos para que se aproximaran al hombre, cosa que ninguna vi que accediera como es normal con semejante plantel.
Me llama la atención como durante las horas de sol que estuvimos a unos 35ºC el hombre estuvo ahí con sus capas de ropa tranquilamente, a alguno le habría dado o una insolación o al menos algún tipo de malestar, el hombre hizo alarde de un buen estado físico o un insano estado mental capaz de controlar su maltrecho cuerpo, me inclino a lo segundo.
Pues yo, claro. jeje, soy un paparazzi encubierto xD
Yo también me inclino por lo segundo… xD
Y quién tuvo el valor de hacerle una foto?? xDDD