El Verano

Ya está aquí, ya llegó. Aquí en Albacete no existen las estaciones puente, pasamos del invierno al verano directamente, crudo y desolador. Ya sufrí unos cuantos bochornos, me remojé como cualquier hijo de vecino, despedí a unos cuantos en su primer día de vacaciones deseándoles lo mejor y todo marcha bien.



La población ávida de iniciar sus actividades veraniegas aún con la sombra de una crisis que azota el país, pero eso sí se va de vacaciones porque la gente prefiere ahorrar incluso pedir un préstamo para conseguir sus vanagloriadas vacaciones que podrían considerarse una de las mayores expresiones de libertad social y símbolo de la des-conexión y relax. Unos regresan a sus poblaciones de origen, otros marcharán a la consagrada costa-hay-que-ir-a-cualquier-precio a pelear con los turistas por una parcela de arena y un resquicio de barra de bar, algunos irán de campamentos, actividades sin cesar. Todo tiene su hueco y todo da lugar.



Anhelando una chispa que haga diferente este verano frente a otros ya pasados se suceden muchos días, cansado por el trabajo y con la esperanza de una quincena que llegará, el tecnópata crónico un poco más inmerso en su tecnopatía está, la cárcel de lo raro jamás llena algunos vacíos que se acrecentan con el tiempo. Muchas cosas me sobran ya, la estela de compras compulsivas de hace unos años por el simple hecho de rellenar uno de esos vacíos que no se pueden rellenar gastando me empiezan a estorbar y me voy deshaciendo como un gran depósito con un escape. Entre el DDR y algún que otro paseo en Bici voy pasando los calores con la permanente intención de no dejar de moverme ya que el engordar se está volviendo una obsesión creciente, una más, pero esta merece la pena. Por lo que tiene que venir debo de cuidarme para ser ese tío Necro, carente de peligro, cruce entre un Dexter light y Enjuto, que todos quieren tener, aunque sea un rato.



Durmiente pasa el país con su maquinaria a medio gas y con el eco lejano de una Feria que promete desempolvar esa otra época similar y por siempre diferente a la vez.



Aquí desde mi rincón acalorado y dubitativo observo y anoto, es una dedicación sin un objetivo particular sólo haciendo más llevadero un rato en el que algo me hizo parar y reflexionar, el calor o una necesidad de comunicar.




37ºC

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